Diego Paroissien: Química y Medicina para la Patria Naciente

Nació en Essex, Inglaterra, en 1783 graduándose en medicina. Tras el fracaso de las invasiones inglesas y la recuperación de Buenos Aires por sus habitantes en 1806, desembarco en Montevideo. Venido a Buenos Aires con el objeto de instalar una escuela de química fue rechazado el permiso por las autoridades coloniales por lo cual se embarco para el Brasil.
Conspiro en Rio de Janeiro con Saturnino Rodríguez Peña contra el gobierno del virreinato pero fue detenido por la Princesa Carlota Joaquina y entregado a Liniers a la sazón virrey de Buenos Aires por lo que estuvo preso, incomunicado y condenado a muerte hasta que el 25 de Mayo de 1810 recupero la libertad.
Estableció amistad con Juan José Castelli por quien adhirió a la causa emancipadora marchando en la expedición al Alto Perú en 1810, en calidad de cirujano sobre todo luego de la derrota de Huaqui.
Por todos sus meritos Paroissien se creyó con derecho a pedir la ciudadanía Argentina. La que le fue concedida en Noviembre de 1811.
En Marzo de 1812 fue enviado a Córdoba a trabajar en la fábrica de pólvora y nombrado su director en Junio de 1812.
En 1815 la fábrica se incendio y posteriormente en 1816 Pueyrredon lo nombro Cirujano Mayor del Ejercito de los Andes. Marcho a Chile participando en la batalla de Chaca buco y por su participación en las batallas de Cancha Rayada y Maipú San Martin lo nombro Coronel efectivo en los ejércitos de la Patria.
Luego de la liberación de Lima fue enviado a una misión a Europa junto a García del Rio, secretario de San Martin con el objeto de conseguir el reconocimiento a la independencia del Perú.
Ya volcado a la actividad privada en un proyecto minero para la también recientemente independizada Bolivia y en viaje a Perú falleció en el paso por mar de Valparaíso a Arica, en el año 1827.
Hector Odetti.-

Alvarez Condarco o el día que un ingeniero se transformo en espía.

Portador de la copia del acta de la declaración de la independencia de las Provincias Unidas del Rio de la Plata, José Antonio Álvarez Condarco marcho a Chile enviado por San Martin. El Acta fue entregada en mano a Francisco Casimiro Marco del Pont Capitán General de Chile. Por Orden del Español el acta fue quemada en la plaza publica por el verdugo.
Marco del Pont firmo el pasaporte con el que debía retornar Alvarez Condarco a Mendoza, pero le advirtió que no haría lo mismo con el próximo emisario de los insurgentes, puso el precio de ocho pesos por la cabeza de cada uno de ellos vivo o muerto y además expresó de viva voz que”- Yo firmo con mano blanca, no como la de su General que es negra” en franca alusión al color de la piel de San Martín, a quien los realistas llamaban “El Cholo de Misiones”
Lo que ignoraba Marco del Pont es que la cuidadosa elección del ingeniero respondía a la misión de inteligencia encomendada por San Martin de relevar minuciosamente y sin papel alguno, las posiciones, fortificaciones, accidentes geográficos y otros obstáculos para el inminente cruce de los Andes. Producido el cruce, semanas después, este resultaría en la derrota general y completa de las fuerzas realistas y la captura de su jefe, que prisionero, fue trasladado e internado en la Provincia de San Luis.
La libertad de Chile ya estaba asegurada y asomaba a la faz de la tierra una nueva y gloriosa nación. Entonces pudo Lautaro ver renovando en sus hijos de la patria el antiguo esplendor.